Origen: Francia / Alemania / Gran Bretaña / Polonia Duración: 150 min.
Color. Idioma: francés / alemán / ruso
TEMAS: Vida judía en Polonia en la preguerra; Ghettos; deportación; policía judía; vida en el ghetto; Justos de la Humanidad; Resistencia (rebelión)
EQUIPO TECNICO
Director: Roman Polanski
Guión: Ronald Harwood sobre el libro de Wladyslaw Szpilman
Productor: Robert Benmussa / Roman Polanski / Alain Sarde
Música original: Wojciech Kilar
Música adicional; Johann Sebastian Bach ("Suite No. 1 in Sol Mayor, BWV 1007" de la "Suite No. 6 para Violoncello") / Frédéric Chopin ("Balada No. 1 Op.23), ("Gran Polonesa brillante, Op.22 allegro molto") / Ludwig van Beethoven ("Sonata Claro de Luna") / Henry Vars
Fotografía: Pawel Edelman
Edición: Hervé de Luze
Dirección de reparto: Celestia Fox / Heta Mantscheff
Diseño de producción: Allan Starski
Dirección artística: Sebastian T. Krawinkel / Nenad Pecur
Vestuario: Anna B. Sheppard
Maquillaje: Waldemar Pokromski
Director de segunda unidad: Tobias Asam
Escenografía: Michael Fechner
Sonido; Nancy Allen
Efectos especiales: Jan Gwiasda
Efectos visuales: Nastuh Abootalebi
REPARTO
Adrien Brody (Wladyslaw Szpilman)
Thomas Kretschmann (Capitán Wilm Hosenfeld)
Frank Finlay (Padre)
Maureen Lipman (Madre)
Emilia Fox (Dorota)
Ed Stoppard (Henryk)
Julia Rayner (Regina)
Jessica Kate Meyer (Halina)
Michal Zebrowski (Jurek)
Richard Ridings (Lipa)
Roy Smiles (Itzak Heller)
Paul Bradley (Yehuda)
Daniel Caltagirone (Majorek)
Andrzej Blumenfeld (Benek)
Udo Kroschwald (Schultz)
John Bennett (Dr. Ehrlich)
Ruth Platt (Janina Godlewska)
Krzysztof Pieczynski (Gebczynski)
Andrew Tiernan (Szalas)
Tom Strauss (Dr. Luczak)
PREMIOS Y NOMINACIONES
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Mejor Actor principal: Adrien Brody
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Mejor Director: Roman POlanski
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Mejor Guión, basado en material previamente producido o publicado: Ronald Harwood
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Nominación a Mejor Fotografía: Pawel Edelman
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Nominación Mejor Diseño de vestuario Anna B. Sheppard
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Nominación Mejor Edición: Hervé de Luze
Oscar de la Academia de Hollywood, 2003, Nominación Mejor Película
Asociación de Guionistas Americanos, Estados Unidos, 2003 Nominación Revelación Guionista Ronald Harwood
Asociación de Fotógrafos Cinematográficos Americanos, Estados Unidos, 2003, Nominación Fotógrafo Destacado: Pawel Edelman
Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina, 2004, Nominada Cóndor de Plata: Mejor Película Extranjera
Academia de Cine de Japón, 2004: Mejor Película Extranjera
Premios BAFTA, 2003: Mejor Película
Premio David Lean a Mejor Dirección: Roman Polanski
Nominación Premio Anthony Asquith por Mejor Música de Película: Wojciech Kilar
Premio BAFTA Mejor Fotografía: Pawel Edelman
Premio a Mejor Actor en papel protagónico: Adrien Brody
Premio a Major Guión adaptado: Ronald Harwood
Premio a Mejor Sonido: Jean-Marie Blondel / Dean Humphreys / Gérard Hardy
Festival Internacional de Cine de Bermuda 2003, Premio del Público
Asociación de Críticos de Cine de Boston 2002, Premio Mejor Actor: Adrien Brody
Asociación de Críticos de Cine de Boston 2002, Premio Mejor Director: Roman Polanski
Asociación de Críticos de Cine de Boston 2002, Premio Mejor Película
Festival Internacional de Cine de Cannes 2002, Palma de Oro
Premios César, Francia 2003, Mejor Actor: Adrien Brody
Premios César, Francia 2003, Mejor Fotografía: Pawel Edelman
Premios César, Francia 2003, Mejor Director: Roman Polanski
Premios César, Francia 2003, Mejor Película
Premios César, Francia 2003, Mejor Música: Wojciech Kilar
Premios César, Francia 2003, Mejor Diseño de Producción: Allan Starski
Premios César, Francia 2003, Mejor Sonido: Jean-Marie Blondel / Gérard Hardy / Dean Humphreys
Premios César, Francia 2003, Nominada Mejor Vestuario: Anna B. Sheppard
Premios César, Francia 2003, Nominada Mejor Edición: Hervé de Luze
Premios César, Francia 2003, Nominada Mejor Guión: Ronald Harwood
Premio David di Donatello, Italia 2003: Mejor Película Extranjera
Premio Globo de Oro, Estados Unidos 2003: Nominada Mejor Película dramática
Premio Globo de Oro, Estados Unidos 2003: Nominada Mejor Actor Dramático: Adrien Brody
Goya Awards
Premio Goya 2003: Mejor Película Europea
Festival Internacional de Cine, Noruega 2003: Premio Ecunménico
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor fotografía: Pawel Edelman
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor Vestuario: Anna B. Sheppard
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor Director: Roman Polanski
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor: Mejor Edición: Hervé de Luze
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor Película
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor Música: Wojciech Kilar
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor Diseño de Producción: Allan Starski
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Mejor Sonido: Jean-Marie Blondel
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Nominada Mejor Actor: Adrien Brody
Premio Aguila del Cine Polaco, 2003: Nominada Mejor Actriz: Emilia Fox
COMENTARIO
Extranjero en su propia tierra - Aníbal M. Vinelli
Con “El pianista”, candidato al Oscar, Roman Polanski arroja una cruda mirada sobre el Holocausto. Adrien Brody interpreta a un sobreviviente.
Vigoroso aún en medio de una narración clásica o convencional -ambos juicios son válidos-, “El pianista” constituye un fresco veraz de la ocupación nazi en Polonia entre 1939 y 1945. El período, reconstruido de manera alucinante en viejas calles de Varsovia a las que se le adosaron decorados construidos especialmente, se relata a través de un personaje de existencia real, el concertista Wladyslaw (Wladek) Szpilman, interpretado con talento y verosimilitud por Adrien Brody, también él nominado para el Oscar.
Un artista reconocido y en ascenso antes de desatarse el conflicto, Szpilman se encuentra en la radio dando un recital cuando los cañones de setiembre destruyen el estudio. Salvándose de milagro, comienza una nueva odisea, que el largometraje se toma su tiempo en exponer.
Desde entonces extranjero en su propia tierra asolada por un invasor criminal, Szpilman será aún más forastero por ciertas características personales. Proveniente de una rica familia judía (padre, madre, dos hermanas y un hermano) que perecerá en el Holocausto, su carácter es amable y refinado, un bicho raro en medio de un panorama de violencia y brutalidad.
Sufriendo sucesivamente las humillaciones racistas de no poder poseer bienes, llevar la estrella de David por imposición y ni siquiera poder circular por la acera, es encerrado en el ghetto y obligado a tareas subalternas. Sin ser un luchador, se arriesgará a pasar armas de contrabando para el alzamiento que se prepara. Y en algún momento escapará hacia la Varsovia no judía que le parece todavía más irreal por la abundancia con la que se encuentra.
Refugiándose en distintas residencias que le consiguen amigos de la Resistencia, su situación irá deteriorándose más y más a medida que la guerra se endurece y los alemanes aceleran la Solución Final en una noche que parece no concluir nunca.
Una sombra de lo que fue, raquítico, muerto de hambre y desaliñado, huirá de la locura bélica que lo rodea mientras, testigo a la distancia, presencia ejecuciones sumarias y los enfrentamientos entre ambos bandos. A veces, protegiéndose en los recuerdos, sueña y digita, la mímica del concertista que supo ser. Hasta que se topa con un capitán del Ejército alemán, que lo descubre sucio y tambaleante y sabedor de su profesión, lo invita a tocar el piano. Lo que genera uno de los momentos mágicos y más conmovedores de un filme que no se distingue, precisamente, por sus apelaciones a la emoción, característica que ha sido una constante a lo largo de toda la obra de Roman Polanski.
“El pianista” es un filme donde víctimas y victimarios, héroes y villanos, se confunden más de una vez. Y del distanciamiento, casi como explosiones de acción retardada que, en términos de comprensión, afectarán al espectador mucho después que se hayan encendido las luces de la sala. Y en el que, sin embargo, pese a la intención del director, las ráfagas de dolor y sentimiento, del deseo de vivir a pesar de todo, fluyen por doquier. Tan melancólicas como las deliciosas melodías de aquel ícono polaco de Chopin cuya música predomina y distingue a más de una secuencia clave de esta película dura, inteligente y digna de ver.
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